Para empezar estas reflexiones os comparto una cita de Adriana Bermúdez (si no conocéis su blog os lo recomiendo, tiene mucha información de interés). Ella dice: "El collage es el arte de dar un nuevo significado a las imágenes y sirve para expresar nuestros sentimientos visualmente. El collage es democrático, abierto a todo el que quiera experimentar y expresarse a través de él".
Me gusta mucho esta frase porque resume un poco lo que yo siento que es y qué me aporta el collage. És un arte y es democrático, o sea, al alcance de cualquiera. Es una técnica para la que se necesitan pocos recursos y que además contribuye a reciclar materiales que, de otro modo, hubieran ido a parar a la basura.
Para mí el collage fue una gran revelación. Llegué a él de puntillas y por casualidad, sin referentes ni formación. Simplemente probando, errando, experimentando, con curiosidad y una gran alegría. Porque hasta ese momento había dibujado y pintado pero mis creaciones me frustraban mucho. Y cuando descubrí el collage pude al fin crear y descubrir mi camino y mi propio lenguaje.
En los talleres de collage ofrezco la posibilidad de que cada uno experimente con libertad, sin juicios. Que cada uno pueda encontrar su propio lenguaje. Y también observo la calma que genera su realización. Permite parar, desconectar, calmar la mente y conectarse con el cuerpo, con las manos y con los propios recursos creativos.
Porque sí: la creatividad es una característica esencial de todos los seres humanos que muchos han ido perdiendo durante la educación y el crecimiento pero que sigue latente en todos nosotros.
Por eso para mí hacer collage es como jugar. Es conectar de nuevo con mi niña y fluir sin presiones ni estereotipos.
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